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Deficiencia de fibra: el poderoso nutriente que falta en la mayoría de los platos

  • Foto del escritor: Dr. Chelsea Anorma
    Dr. Chelsea Anorma
  • 22 may
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: hace 2 días

¿Sabías que en Estados Unidos, el 95% de los adultos y niños no consume suficiente cantidad de un nutriente esencial? Este nutriente está relacionado con una mejor salud del corazón, mejor digestión y un menor riesgo de obesidad, diabetes y ciertos tipos de cáncer—¡y aun así, solo 5 de cada 100 personas lo consumen en cantidad suficiente!


Ese nutriente es la humilde fibra. En medio del debate constante entre grasas y carbohidratos, y con la moda de los productos altos en proteína, la fibra ha sido en gran parte olvidada. Pero consumir suficiente fibra podría ser el cambio más poderoso que puedes hacer por tu salud hoy mismo.


¿Qué es la fibra (y por qué no la digerimos)?


La fibra es en realidad una clase de carbohidratos. Existen muchos tipos de moléculas de fibra, usualmente formadas por largas cadenas de unidades simples de carbohidrato, como la glucosa o la fructosa.


Lo que hace diferente a la fibra de otros carbohidratos—como el azúcar o el almidón—es que nuestro cuerpo no puede descomponerla para obtener energía. Esto significa que no añade calorías a tu dieta ni provoca picos de glucosa en la sangre.


La figura se divide en dos filas. La fila superior muestra una imagen de almidón en polvo junto a una representación de la estructura química del almidón. La molécula de almidón es una gran cadena ramificada de hexágonos verdes conectados entre sí por líneas negras. En un extremo de la molécula, se ve un par de tijeras negras cortando hexágonos verdes individuales (moléculas de glucosa) que luego pasan al torrente sanguíneo. La segunda fila muestra una imagen de apio junto a una representación de la estructura química de la celulosa, una fibra insoluble. La celulosa se ve como filas de hexágonos verdes conectados entre sí en una estructura rígida con líneas amarillas entre ellos. Un par de tijeras negras intenta cortar hexágonos verdes, pero no lo logra.
Las enzimas humanas (representadas por tijeras) pueden romper el almidón en moléculas individuales de glucosa (hexágonos verdes), que luego se absorben en la sangre. Pero la celulosa, un tipo de fibra insoluble, tiene enlaces que nuestras enzimas no pueden romper. Por eso los alimentos ricos en fibra ayudan a evitar subidas bruscas de azúcar en sangre.

Además, las fibras se dividen en dos categorías principales: la fibra soluble, que absorbe agua, y la fibra insoluble, que no lo hace.


Cómo beneficia la fibra a tu cuerpo


La estructura química única de la fibra explica por qué aporta tantos beneficios a la salud. El más conocido es su apoyo a la digestión regular. La fibra insoluble ayuda a que los alimentos se desplacen por el sistema digestivo, mientras que la fibra soluble atrae agua y forma una sustancia parecida a un gel que facilita el proceso.


Pero los beneficios de la fibra van mucho más allá del baño:


  • Energía más estable y menos hambre: Como la fibra no se convierte en glucosa, no causa picos de azúcar ni insulina y ralentiza la absorción de otros nutrientes. Esto ayuda a mantener niveles de energía más constantes y a sentirte lleno por más tiempo. (Dato curioso: estimula algunas de las mismas vías que medicamentos como Ozempic.)

  • Menor riesgo de diabetes: Consumir más de 25 gramos de fibra al día se asocia con un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

  • Salud del corazón: La fibra ayuda a eliminar el colesterol del intestino delgado antes de que se reabsorba, lo que puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

  • Prevención del cáncer: Consumir más de 28.5 gramos de fibra al día se ha relacionado con menores riesgos de ciertos tipos de cáncer, como el de colon y el de mama.

  • Apoyo al microbioma intestinal: La fibra alimenta las bacterias buenas del intestino, ayudándolas a prosperar. Un microbioma diverso y bien nutrido se asocia con un mejor sistema inmunológico y salud mental, entre otros.

¿Por qué casi nadie consume suficiente fibra?

A pesar de todos estos beneficios, muchas personas no llegan al consumo recomendado. ¿Por qué?


En gran parte se debe a nuestro entorno alimentario moderno. Los alimentos ultraprocesados dominan los supermercados y restaurantes. Están diseñados para ser sabrosos y convenientes, pero a menudo se les ha eliminado la fibra natural—dejando solo calorías vacías.


También hay muchos malentendidos:

  • Muchos creen que si un producto dice “grano entero”, tiene fibra suficiente—pero no siempre es así. Siempre revisa la etiqueta nutricional y busca cuántos gramos de fibra tiene.

  • Otros piensan que la fibra solo viene en cereales sin sabor o suplementos como Metamucil. ¡Pero hay muchas opciones deliciosas!

Cómo disfrutar la fibra: Recetas fáciles y sabrosas

¿La mejor forma de obtener fibra? Comidas hechas con plantas enteras y sin procesar.


Las frutas, los vegetales, las habichuelas, las nueces, las semillas y los granos enteros contienen fibra. Una alimentación variada, con buenas porciones de estos alimentos, puede ayudarte a alcanzar tus metas diarias de fibra.

Un ejemplo fácil y sabroso: Batata rellena de habichuelas negras y hummus


Batata rellena de habichuelas negras y hummus, cubierto con cebollas verdes
Este plato ofrece fibra de tres fuentes distintas: la batata, las habichuelas negras y los garbanzos del hummus.

Esta receta es sabrosa, reconfortante y contiene varios tipos de fibra—para que obtengas diferentes beneficios sin tener que comer una gran cantidad de un solo ingrediente. El contraste entre lo dulce de la batata, lo salado del hummus y el toque fresco de la cebolla verde la hacen deliciosa. Y lo mejor: se prepara en menos de 30 minutos con solo cinco ingredientes.


Contenido de fibra por porción (aproximado):

  • Batata (1/2 grande): 2 g

  • Habichuelas negras (1/2 taza): 7 g

  • Hummus (1 cda): 1 g

    • Total: ~10 g de fibra en un solo plato delicioso


Vista rápida de la receta (Rinde 2 porciones):


Ingredientes:

  • 1 batata grande (cocinada al vapor)

  • 1 taza de habichuelas negras

  • 2 cdas de hummus

  • 2 cdas de agua (para diluir el hummus)

  • Cebollines picados (opcional)

Preparación rápida: Cocina la batata al vapor hasta que esté suave al pincharla con un tenedor, luego córtala a la mitad. Calienta las habichuelas negras y sazónalas a tu gusto. Diluye el hummus con el agua hasta que tenga una textura fácil de rociar. Para cada porción, usa media batata, ½ taza de habichuelas, 1 cda de hummus diluido y un poco de cebollines por encima.

Las sobras se conservan bien en la nevera y se recalientan fácilmente para una comida rica en fibra al día siguiente.


👉 Accede a la receta paso a paso aquí — las personas suscritas a nuestro boletín reciben la información nutricional completa, opciones para ajustar las porciones, y otras recetas exclusivas.



Cómo comenzar a comer más fibra (sin complicarte la vida)

¿Lista para añadir más fibra a tu alimentación? Buenas noticias: no tienes que hacerlo todo de una vez.

De hecho, es mejor empezar poco a poco—especialmente si no estás acostumbrada a comer mucha fibra. Así le das tiempo a tu sistema digestivo y microbioma intestinal para adaptarse.

Empieza con solo una comida rica en fibra al día (¡como la batata rellena!) y ve aumentando hasta llegar al rango recomendado de 25 a 40 gramos diarios.


¿Quieres apoyo personalizado?


Incluir más fibra no es una cura mágica—pero sí es uno de los pasos más simples y efectivos para mejorar tu salud, energía y digestión desde hoy.




Una foto de la Dra. Chelsea Anorma. Tiene el pelo oscuro hasta los hombros. Lleva gafas, un blazer azul y una camisa blanca.



La Dra. Chelsea Anorma, PhD, NASM-CNC, es una Coach Certificada en Nutrición y doctora en Biología Química. Ayuda a mujeres que se sienten abrumadas a recuperar su energía y confianza mediante un acompañamiento en bienestar sostenible y basado en la ciencia.

 
 
 

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